3 Mitos del entrenamiento de fuerza para Mujeres
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Exiten un número de creencias ampliamente difundidas que supuestamente limitan los beneficios fisiológicos y psicológicos del entrenamiento de fuerza femenino.
Mito n°1:
El entrenamiento de la fuerza provoca que las mujeres se hagan más grandes, pesadas y/o corpulentas. La verdad es que el entrenamiento de la fuerza ayuda a reducir la grasa corporal e incrementar la masa muscular magra (sin grasa) Sin embargo, estos cambios pueden resultaren un ligero aumento del peso ya que el peso corporal sin grasa es más pesado que la grasa. No obstante, aunque el entrenamiento de la fuerza resulte en considerables aumentos de la misma, no muestra cambios en las circunferencias corporales del tren inferior y sólo un pequeño aumento en las circunferencias (perímetros) de la parte superior del cuerpo. Sólo las mujeres con una predisposición genética a la hipertrofia que participan en entrenamiento de altovolumen y alta-intensidad, experimentarán aumentos sustanciales en las circunferencias de sus extremidades.
Mito n°2:
Las mujeres deben utilizar métodos de entrenamiento de la fuerza diferentes a los hombres. Las mujeres, a menudo, son más propensas a utilizar máquinas de carga guiada) con movimientos lentos y controlados debido al temor de que al utilizar "peso libre", resistencia manual, explosividad (alta velocidad, baja fuerza) -por ejemplo con barras y mancuernas-, o ejercicios que utilizan el peso corporal como resistencia llevará a sufrir algún tipo de lesión. De hecho, no existen pruebas que sugieran que las mujeres tengan mayor posibilidad de lesionarse durante un programa de entrenamiento adecuado. La instrucción junto a una técnica en los ejercicios, son necesarios para reducir el riesgo de lesión tanto para hombres como mujeres. Todos los participantes que sigan un programa de entrenamiento de fuerza deben seguir una progresión gradual al aumentar el volumen y la carga de los ejercicios. Además, el ejercicio específico de un deporte debe imitar la biomecánica y la velocidad para ese deporte en particular. La mejor forma para alcanzar esto, es con el uso de ejercicios conocidos comode "cadena- cinética-cerrada", donde intervienen varias articulaciones y los rangos de movimiento específicos para ese deporte en particular. Por ejemplo, el push press (ver imagen) -en lugar del tríceps kick back- ofrece un mayor estímulo en la extensión del brazo para mejorar la capacidad del lanzamiento de peso (atletismo).
Mito n°3:
las mujeres deberían evitar cargas de alta intensidad y volumen A las mujeres aconseja generalmente utilizar una carga limitada, en sus rutinas de fuerza, como es el caso de mancuernas de poco peso. A menudo esas cargas tan bajas, están bastante por debajo del peso requerido para obtener adaptaciones fisiológicas positivas y también proporcionalmente son cargas muy por debajo de las aconsejadas para hombres. La mayoría de mujeres están capacitadas para entrenar a mayor volumen e intensidad de lo que se creía anteriormente. De hecho, las mujeres necesitan entrenar a intensidades suficientemente altas como para causar un nivel de adaptación en huesos, músculo, cartílago, ligamento tendones. Cuando la intensidad del ejercicio deja de producir el estímulo suficiente, los beneficios fisiológicos y psicológicos pueden resultar mínimos hasta el punto de llegar aburrimiento o la frustración (C). Para obtener las mayores ventajas derivadas del entrenamiento de la fuerza, las mujeres, deberían realizar (de vez en cuando) cada ejercicio a nivel de repetición máxima o cerc.